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Si a algún docente todavía le quedaba alguna duda de a dónde quieren llevarnos (políticos, sociedad en general, y padres y madres), la siguiente entrada les va a sacar de toda incertidumbre.

Citemos la noticia en cuestión para calentar motores:

Los padres piden que los colegios abran los domingos

La CEAPA reclama que la Administración tome medidas para la conciliación de la vida profesional y familiar de los padres con hijos escolarizados

Después de las vacaciones estivales, toca la vuelta a la rutina y… a las reivindicaciones. Mientras algunos colegios ya han abierto sus puertas, en otros faltan escasos días para que el timbre que marca el inicio del curso académico vuelva a sonar. Por este motivo, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) se ha reunido esta mañana para abordar la materia educativa haciendo especial hincapié en la conciliación de la vida profesional y laboral de los padres en relación a los estudios de sus hijos.

El objetivo es claro: lograr que las puertas de los centros se mantengan «abiertas 12 horas al día, los siete días de la semana y los doce meses del año», señala Manoli Ocaña, miembro de la junta directiva de la Asociación en Baleares, quien subraya: «Ayudaría a que los padres puedan encargarse de su negocio. Supondría una conciliación real de la vida familiar con la profesional».

Pero ésta no ha sido la única iniciativa prevista por la CEAPA. Lograr permisos laborales para asistir a las tutorías, reuniones de padres… sería otra de ellas. El motivo: «Está comprobado que una buena comunicación entre los padres y el colegio de sus hijos repercute en las notas de estos últimos», apunta Ocaña. Además, la representante de Baleares asegura que esta medida supondría un enorme paso adelante para la inserción de la mujer en la vida laboral.

Cinco puntos conciliadores

En esta línea, servicios como la entrada matinal, el comedor escolar o las actividades extraescolares también lo facilitarían. Un refuerzo que, según la CEAPA, debería venir desde la Administración y estar contratado y subvencionado por esta misma.

El aumento en el número de plazas para Educación Infantil también se encuentra dentro del marco de prioridades. «Se ofertan muchas menos de las necesarias e impide a la mujer la búsqueda de empleo», recalca Ocaña. Del mismo modo que la expansión de la jornada continua: «Ha ocasionado la clausura de muchos comedores escolares y la realidad de pensar quién cuidará de tus hijos. Te obliga a dejar de trabajar o, al menos, lo dificulta», matiza.

Finalmente, la CEAPA cierra sus cinco puntos reivindicativos, en esta dirección, con la prolongación del calendario escolar. De este modo, exigen que el curso académico se inicie el día 1 de septiembre y se finalice el 30 de junio. «No solo ayudaría a la conciliación sino que elevaría el bajo nivel académico, los niños se acomodan a no hacer nada durante un tiempo excesivo», concluye Ocaña.

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No está mal para comenzar el curso. Los padres, definitivamente, ya no quieren ser padres. Quieren un lugar donde dejar a sus hijos “12 horas al día, los siete días de la semana y los doce meses del año”, total, que si hacemos unas cuentas fáciles, nos sale que entre las 12 horas en los centros docentes + las 8 de sueño reparador + las 4 de tele, ordenador y videoconsola, los padres ya pueden vivir tranquilos que es lo que necesitan, pobres, y es que nadie les dijo que eso de ser padres cansaba, y por eso ahora el estado y los profes deben encargarse de la educación y el entretenimiento de su prole, porque como no se avisó se fue traidor y ahora hay que apechugar, porque ellos no están dispuestos, bastante tienen con buscar trabajo y pagar la hipoteca para que encima tengan que estar pendientes de los mequetrefes.

Así que vayan preparándose, pronto nos tocará arrullar a nuestros queridos alumnos en sus mesas-cama-ordenador (la junta está estudiando el diseño de tan versátil herramienta) para que echen una siestecita antes de que sus progenitores se dignen a pasar a recogerlos después de las 12 horas estipuladas. Probablemente, muchos llamarán a última hora para decir “Se me ha complicado la cosa en el trabajo y no voy a poder pasar, mejor que se quedé ahí y ya amanece en el cole. En la mochila tiene ropa limpia, menos los calcetines que se me olvidó echarlos. . .O tal vez “Estoy en el centro comercial comprando el pavo de navidad y no me da tiempo a llegar, que hoy viene la suegra a la cena de noche buena y no he preparado nada. . .ahora les mando al de Telepizza, que lo pasen bien, ah y que no beba champán el niño.

Y de esto, qué decimos de esto:

De este modo, exigen que el curso académico se inicie el día 1 de septiembre y se finalice el 30 de junio. «No solo ayudaría a la conciliación sino que elevaría el bajo nivel académico, los niños se acomodan a no hacer nada durante un tiempo excesivo», concluye Ocaña.

Ellos conciliarán su vida laboral-familiar-ociosa y nosotros terminaremos jodidos para siempre, qué ilusión.